Capítulo cincuenta y cinco

—¡Fiesta de pijamas! —chilló Ainsley y se lanzó a mis brazos—. Me alegra tanto que no te vayas.

—Gracias por traerla, Ross —dije.

Él sonrió con suficiencia y asintió—. No te emociones demasiado, Ainsley. Oscar sigue siendo el Alfa y cuando salga del hospital, tomará esa decisión.

Ajax está ocupad...