47. Un ataque al corazón

DÍA TRES

Bajo las escaleras hacia la cocina, todavía furioso por lo que ella hizo.

Me duché mientras la observaba tostar el mismo pan para mí con una sonrisa feliz en su rostro que nunca había visto antes.

No le quité los ojos de encima mientras me vestía, solo para asegurarme de que no arrui...